Probablemente cosas así no debieran pasar pero si es así, nosotros no debemos callar. ¿Por qué nos avergonzamos de quienes y cómo somos?
Es posible confundir la zafiedad con la belleza en un mundo donde se potencia la suciedad.
Cuando estamos acostumbrados a lo que es de verdad bello, lo zafio hiere la sensibilidad.
¡Señor, dame la humildad y la valentía de este sacerdote y a estos chicos la inspiración de un espectáculo digno!
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