Vida inspirada e inspiradora ...

Más allá de las palabras, en el silencio, nos encontramos con Aquél que nos hizo por amor.
En Él nos reencontramos a nosotros mismos y a todos los que amamos.

martes, 3 de enero de 2012

No es pobreza sino riqueza


         ¡Qué sentimientos tan maravillosos al contacto con el Buen y Sabio Dios!     



Bienaventurados los pobres de espíritu 



Pues es asombroso saberlo tan próximo,
Saber que Dios está tan cerca de nosotros;
Es prodigioso saber que es verdaderamente posible
Que su amor pueda estar en nosotros y sobre nosotros
Y que no le abramos la puerta única y simple
de la pobreza de espíritu...
Cuando vuestro bienes desaparezcan
Por voluntad de Dios
No habléis de pobreza sino de riqueza
Como un ciego que regresa a su tierra natal, sin ver
Respirad el clima del Reino
Calentaos bajo su invisible sol,
Palpad su tierra firme bajo vuestros pies.
No digáis "lo he perdido todo"
Decid más bien "lo he ganado todo".
Emprended vuestra jornada sin ideas preconcebidas
Y sin proyecto sobre Dios, sin recuerdos de él
Sin entusiasmo, sin biblioteca,
A su encuentro.
Partid sin mapa para descubrirle,
Sabiendo que está por el camino y no al final.
No intentéis encontrarle con recetas originales
Sino dejaos encontrar por él
En la pobreza de una vida banal.
La monotonía es una pobreza, aceptadla.
No busquéis los bellos viajes imaginarios
Que las variedades del Reino de Dios os basten
Y os regocijen.
Desinteresaos de vuestra vida,
Pues preocuparse por ella es una riqueza;
Entonces la vejez os hablará de nacimiento
Y la muerte de resurrección.
El tiempo os parecerá un pequeño repliegue
En la inmensa eternidad;
Juzgaréis todas las cosas según sus huellas eternas
Si amáis de veras el Reino de los Cielos
Os regocijaréis de que vuestra inteligencia
Se olvide de las cosas divinas
E intentaréis creer mejor.
Si vuestra oración se ve privada de emociones tiernas
Sabréis que a Dios no se le alcanza con sensaciones.
Si estáis sin demasiado ánimo
Os alegraréis de ser aptos para la esperanza.
Si la gente os parece aburrida y vuestro corazón desdichado
Estaréis contentos de tener en vosotros la imperceptible caridad
Cuando, empobrecidos del todo
Lo único que podáis ver en el mundo
Sea una casa desvalijada
Y en vosotros una indigencia sin fachada
Pensad en esos ojos de sombra
Abiertos en el centro de vuestra alma,
Fijos en cosas inefables.
Porque vuestro es el Reino de los cielos.

Madeleine Delbrêl

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