Hay un lugar dónde puedes tocar los ojos
de hombres ciegos y cambiarlos en visión perfecta
instantáneamente;
¡Hay un lugar dónde puedes decir “Levántate!”
a los cautivos agonizantes, limitados en cadenas de noche.
Hay un lugar dónde puedes alcanzar el depósito
de oro acumulado y librarlo para el Señor;
hay un lugar en alguna tierra distante
donde puedes enviar el obrero y la Palabra;
hay un lugar dónde el poder resistente del cielo
sensiblemente se mueve a causa de tu súplica insistente;
hay un lugar - una hora secreta silenciosa -
donde el propio Dios desciende y lucha por tí.
¿Dónde ese lugar secreto está? ¿Tú preguntas dónde?
¡Óh alma, es el lugar secreto de la oración!
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